Se me ha ocurrido que la gente que está demasiado tiempo en Internet revisando Face Book, Mails, Twitter, Blogs, son las personas que más necesitan afecto cariño y compresión. Dudo mucho que Internet nos haga personas aisladas y solitarias, lo que sucede es que la interacción persona a persona ofrece un grado de complejidad ya que nuestra mirada está llena de prejuicios y eso pone un velo ante nosotros que en demasiadas ocasiones no permite entender las palabras de nuestro interlocutor.
Recuerdo que antes los películas o caricaturas mostraban a los ermitaños de otra manera: Seres que se perdían dentro de la espesura del bosque en un cabaña, cuya única compañía era un perro y su arma. Comía lo que cazaba y rara vez bajaba al pueblo por ciertas provisiones. Ahora las cosas han cambiado. Paso todo lo anterior pero el ermitaño tiene una computadora conectada a la Internet, para saber como está el mundo sin su presencia.
Los que en verdad quieren estar solo de verdad están solos y no piden la compasión de unos ojos que los lean o unos oídos que los escuchen.
¡Bola de Maricas!