Hace unos meses en el programa de La Dichosa Palabra, Nicolas Alvarado y Pablo Boullosa, discutían sobre la llamada o mal llamada Alta Cultura. Nicolas insistía que ese término se tiene que usar sobre todo en la sofisticación de las bellas artes donde se desarrollan temas complejos para el espectador común y que se necesita una dosis más de entendimiento para entender la pieza de arte; Pablo Boullosa, por su parte, criticaba ésta idea por el simple hecho de que la cultura es más popular que elitista. Pasaba el tiempo y no llegaban a un acuerdo, los dos defendían de manera muy inteligente su postura.
En un principio pensé que la cultura era más popular que elitista pero ahora no pienso lo mismo.
Según en Wikipedia el teste de IQ se actualiza cada cinco años ya que la humanidad avanza con respecto a adelantos tecnológicos, sociales,etc. Es decir que las nuevas generaciones son más inteligentes que las anteriores.
Creo en la sofisticación de nuestros gustos, en el gusto por el detalle finos y sobre todo en lo que no esta de moda. Imagino que allá en la calle hay gente que busca marcar tendencia en los nuevos conceptos de cultura, gente que dice que lo que esta in o out, gente que escribe en revistas que casi nadie compra por que no se les entiende, pero que ese es el magnetismo que exudan y que con el paso del tiempo va generando más adeptos.
Una prueba de ello puede ser la música dodecafónica, tal vez el libro de poemas de Salamandra de Octavio Paz, Salvador Dalí, algunos textos de Borges así como el cine de Ingmar Berman.
Los antes citados no son del dominio popular y es necesario educarse de manera particular en cada uno de ellos. Ésta es para mí la definición de Alta Cultura.
