Buscar en Suena La Palabra

martes, 6 de diciembre de 2011

¿Se han dado cuenta?

Desde hace 18 años para acá la violencia en los estadios de fútbol ha crecido. Cuando era niño el estadio más violento era el de los Pumas de la UNAM por que gritaban groserías y aventaban cerveza. Poco tiempo después en el estadio Azteca, al terminar el juego los americanistas, ganaran o perdieran, esperaban a cualquier integrante de la porra rival y comenzaban la pelea.

No exitían las "Barras" esas llegaron tiempo después. Aunque había pleitos, la gente lo tomaba como hechos aislados. Tampoco venían grandes concentraciónes de aficionados para ver a su equipo.

El grupo más numeroso que conocí fue el de los Tiburones Rojos del Veracrúz. En cada partido contra el América llegaban cerca de 30 camiones. La porra era conocida como la Marea Roja. Eran festivos, traían consigo tambores, matracas; uno pensaría que estaba frente a la samba brasileña pero mexicana.

Después de los errores de Diciembre del 94, y las posteriores crísis la violencia en los estadios se encrudecio. Junto con los problemas económicos llegaron a México las famosas Barras Bravas cuyo único objetivo es desfogar su frustración existencial tomando como pretexto el apoyo a un equipo de fútbol.

Si un país es más pobre la violencia crece. El Universal publicó una nota donde afirma que en México hay 53 millones de pobre y 11 millones viven en pobreza extrema. Casi la mitad de este país no tiene el dinero suficiente para costearse educación, salud, techo y diversión.

México es más violento y más pobre; tiene grandes porras de fútbol y la televisión nos invita a que todos veamos fútbol con pasión. Los únicos que ganan son ellos.