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lunes, 8 de noviembre de 2010

¡Ya no voy al cine!

Más pequeño mi papá me levantaba temprano para ir a ver la matineé del sábado en el castillo de Disney, que ahora no existe, aquí en la ciudad de México. No sólo me gustaba, ME FASCINABA, la idea de ir al cine. Ya de adolescente ir al cine era un lugar ideal para romancear; y que decir que la película era un buen pretexto para tomar de la mano a la pretendienta en cuestión o ya si el atrevimiento era demasiado besarlo entre ráfagas de balas y fuego por todos lados.

Todas las cosas siguieron así hasta hace unos años. Derrepente ir al cine ya no me gustó. Las películas eran malas y el precio me parecía excesivo. aún así se podía disfrutar de una relativa tranquilidad dentro de las salas. Mis cines favoritos era: El Cine Latino, ubicado en la Zona Rosa, El Cine de la Diana Cazadora, que se encuentra enfrente de la estatua que lleva el mismo nombre, El cine que se encuentra dentro de Plaza la Rosa obviamente en la Zona Rosa, desconozco si ese cine siga, hace años que no voy, me gustaba por pequeño. Y ya. Durante años asistí al cine de Bucarelli, pero no era tanto de mi agrado, lo que sucede es que me quedaba cerca de la Universidad.

¡Ah! La Universidad, época de ver por lo menos una a dos películas diarias, acompañado de una deliciosa y bella dama, que buenos tiempos aquellos.

Pues bien, el caso es que me gustaba ir al cine, hasta que las películas fueron malas y el precio alto. Al ver que no me satisfacía del todo decidí comprar esas mismas películas en la piratería. La magia de asistir a un sala de cine se había perdido. Lo que no me perdería es el hecho de ver las películas que se encontraba en cartelera, pero dentro de la comodidad de mi hogar. Que alegría me da cuando por diez pesos me doy cuenta que me ahorré cien o ciento cincuenta pesos por que la película es una porquería. Ahora mi alegría es mayor por que el cine esta lleno de NACOS y NACAS y DADY´s YANKEES y GATAS ZANDUNGUERAS. Lo digo por que mi última experiencia de reconciliarme con las salas de cine fue catastrófica:

Vi la película del último exorcismo. La sala sucia. Comienza la película y una bola de nacos hablando toda, pero toda la función. Gritaban ¡YA LLEGUÉ!. Se albureaban entre ellos, hombres y mujeres por igual. Todo el tiempo reían, etc, etc. Estuve a punto de parar y aventarle el refresco, pero dijo ¿Para qué? No es la culpa de ellos sino del cine .

Terminando la película en punto un guardia de seguridad del mismo cine se pone de frente a nosotros para evitar que alguien quiera repetir la función es decir que se quede a la famosa permanencia voluntaria. Para eso si están atentos, pero para la experiencia del séptimo arte no. Por eso no voy al cine. Prefiero gastar 10 pesos y tener una función VIP en mi recámara con mi tele de 42 pulgadas donde puedo fumar, comer y platicar, sin molestar a nadie.