A pesar de ser sábado, el cine lucía tranquilo, no vi demasiada gente que se dirigiese hacia mi sala pero al entrar a la misma vaya sorpresa; una carreola con un@ chamaquita dentro acostado sería el signo inequívoco que la película sería una tortura en cuanto despertara y comenzara a llorar. Hasta eso las cosas no fueron tan drásticas. Lloró sí, pero lo habitual para después callarse y poder ver la película. Quise ser autocomplaciente y me dije: Bueno hay que entender que es una película para niños - adolescentes y aparte está doblada al español.
Derrepente se sienta atrás de mí una pareja de novios que toda la película se la pasaron hablando entre cuchicheos y sonrisas. En este punto quiero aclarar que no me gusta que la gente se ría en el cine y menos cuando las situaciones no son tan "cómicas". Esas sonrisas son demasiado estúpidas y de verdad que son muy molestas; es algo parecido a aquellas situaciones donde el protagonista se tira un pedo y el cine estalla en carcajadas... de hueva.