En
los últimos años, miles de mexicanas han
sido contactadas a través de Facebook para asistir a
castings,
otras tantas acuden a escuelas que prometen enseñarles
las artes para aparecer en portadas de revista y anuncios de
televisión. El anhelo de vivir de su belleza las
hace pagar miles de pesos en sesiones
fotográficas
y colegiaturas. ¿Lo lograrán? Si
la brasileña Adriana Lima
y la mexicana Elsa Benítez se hicieron millonarias, ¿ellas por qué
no?
Esta
es
una crónica que describe el
tras bambalinas de un mundo tan hermoso -porque implica sueños-como
cruel
Todo
puede comenzar así; una fotografía en Facebook, el mensaje de un
desconocido, una invitación para probar suerte.
-¡Mamaaaaaaá!
¡¡¡Me llamaron de una agencia de modelos!!!
El
halago dispara la fantasía. La ilusión está lista para calzarse
unas plataformas -entre más altas, mejor y salir hacia la sesión de
fotos.
No
tan rápido. Una voz en el teléfono explica a la joven que primero
hay que agendar una entrevista para saber si puede formar parte de la
agencia.
-¿Entonces
nos vemos la próxima semana?
De
todos los
rumbos
de
la Ciudad de México, las chicas "elegidas" a través de
Facebook -y otras redes sociales se trasladarán a
la colonia Condesa, acompañadas por madres y padres desconfiados, o
más emocionados que ellas. Es su primer encuentro con alguien a
quien llaman booker.
-¿Booker?
-Somos
los responsable de la promoción de tu perfil si te quedas con
nosotros.
El
encuentro apenas dura unos minutos: ¿cómo te defines en una
palabra? ¿qué haces? ¿estudias? ¿haces ejercicio? ¿cuidas tu
alimentación?
Aprobada.
Una
aclaración: "Nosotros no contratamos a nadie porque no somos
una agencia de empleo. Representamos modelos y somos los
intermediarios con los clientes que nos solicitan perfiles
(modelos)".
Otra
aclaración: si te contratan, 10% de
tu
pago es para la agencia.
-¿Estás
de acuerdo?
-Sí.
Firma
de
una
hoja y trámite resulto. La chica que nunca ha modelado ya tiene un
contrato y booker que la representa.
Ahora
sí: las fotos para la próxima sesión. Sólo un par de
recomendaciones: "Trae contigo tres cambios de ropa y tu cara
limpia, sin maquillaje".
-¿De
qué tipo?
-Casual.
-¡¡¡Mamaaaaáü!!!
¡¡¡No tengo ropa!!!
Salida
urgente de compras: jeans como los que usan las modelos, zapatillas
altas como las que usan las modelos, playeras entalladas como las que
usan las modelos.
De
nuevo en la Condesa. Esa tarde, en
la agencia Bravo Model -con "sucursales" en Sao Paulo y
Porto Alegre, Brasil hay un
par de chicas que esperan turno frente a
la cámara, y una mujer que ronda los 60, dispuesta a probar suerte.
Allí las preparan para la sesión, las aconsejan en sus primeras
poses y disparan hacia ellas los flashes y el costo de su primer
book.
-¿Book?
-Sí,
la carpeta de fotografías que te servirá para presentarte como
modelo de agencia.
Son
seis o siete fotos en promedio que la agencia entrega a los
aspirantes en un plazo de entre 10 y 15 días -a veces más por 3,500
pesos. Sus fotografías también se integrarán a
un catálogo online para que los posibles clientes puedan elegir a
cualquiera de sus modelos (perfiles), de acuerdo con el tipo que
busca: adolescentes, hombres, mujeres, por estatura. Para desfiles de
modas, comerciales, presentación de productos, edecanes: así de
amplio es el mundo del modelaje.
Ahora
lo que sigue es esperar una oportunidad, que a veces nunca llega.
Para
que no
haya malos entendidos, Bravo Model, en su perfil de Facebook,
advierte a quienes aspiran a convertirse en modelos: "Chicos,
como
les explicaron, somos una agencia de modelos, no de empleo. Estamos
sujetos a lo que el cliente solicite para promover a nuestros
perfiles. Si no hay llamado para su tipo de perfil, no
es culpa de ustedes, pero tampoco de nosotros, porque nuestra
responsabilidad es promover perfiles en moda y publicidad. Saludos!"
¿El
glamour vendrá después? Es posible que no. La fama del modelaje se
ha deslavado en escuelas
patito,
agencias fraudulentas y promesas que alimentan la ilusión de
adolescentes y jóvenes, hombres y mujeres. Para muchos de ellos, el
mercado de trabajo serán las "pasarelas" de ropa de
catálogo, las tiendas departamentales y
los
artículos
de bisutería.
Apenas recibirán un sueldo, los acecharán personajes de dudosa
reputación y muchos sabrán que "modelo" es hoy sinónimo
de edecán, anfitriona
(hostess), demostradora o promotor de productos en las calles.
Un
mundo de fantasía
En
la colonia Nueva Anzures
de
la
Ciudad de Méxicose encuentra la Escuela de Personalidad, Modelaje y
Actuación de Érika Morán,
instalada en un departamento dividido en cuatro habitaciones,
con una recepción y un pasillo, en el que domina un aire de pasado.
Quizá de los años en los que era una escuela de "personalidad,
etiqueta y protocolo", donde enseñaban "cómo comportarse
en sociedad" y preparaban a las concursantes del certamen
Señorita México.
Había
que enseñar a "las chicas" no sólo a caminar, sino a
"comportarse", porque "muchas venían de lugares donde
no se conocían todas las reglas de urbanidad", dice Érika
Morán de aquella edad de oro de su escuela en la que incluso, dice,
tuvo entre sus alumnas a Lupita Jones, la única Miss Universo
mexicana. 'Aquí las enseñábamos no sólo a caminar, sino a tomar
los
cubiertos, a sentarse de manera apropiada y conducirse como unas
damas, cosa que antes sí se apreciaba". Los tiempos han
cambiado, sin duda. En el elevador una chica en short, playera y
plataformas
aprieta el botón del piso 5. Ofrece disculpas y entra
apresurada a la academia de Érika Morán.
Es maestra de modelaje y llama la atención
por atractiva. "Ella es chico, pero es muy buena", se
enreda Morán,
quien unos minutos antes se había adelantado a versiones que la
acusan de homofóbica. "No me encanta que entre mucho gay, que
hay mucho en este ambiente... Mientras sepan comportarse y no
me contaminen, los dejo. Pero si veo que hay situaciones erróneas no
los dejo, aunque sean normales". Todo sea por mantener un
ambiente sano y familiar, dice Érika Morán,
cuya reputación se pone en duda en las redes sociales, donde
circulan críticas de que su escuela es un fraude y ella, una
"racista". Difícil juzgarlo porque en su escuela no ronda
el estereotipo de modelo: no hay chicas muy altas ni rubias, ni de
piernas alargadas y ropas que humillan. Aquí, por el contrario,
las hay bajitas, redondas, morenas, de cabello negro y ropas
sencillas.
Ellas
también quieren ser modelos.
Y
por qué no, dice Morán,
si el estereotipo que predomina ahora son
las latinas. "Hasta a Barbie le pintaron el pelo de oscuro".
Escucharla, anima: "Lo que importa es sentirse bien
con
lo que eres, por eso otra
de las cosas que manejamos aquí es el aumento de la autoestima y la
seguridad". Toda
una profesional de la superación personal que exalta el valor de
"crear modelos de personas" y formar a jóvenes "con
clase", quienes tienen asegurado con ella un contrato con
Televisa, TV Azteca, Canal Once y hasta Disney Channel.
-Honestamente,
¿el modelaje no está enfocado a gente de cierto estrato social?
-Yo
trabajo para la clase baja, casi no admito modelos extranjeras, tengo
algunas pero casi no, y voy a decir por qué: la clase que tiene que
superarse es la clase que no tiene oportunidades, porque la clase de
arriba tiene muchas oportunidades, de trabajo y demás. En cambio, la
clase de abajo es la que está hambrienta de superación personal, la
que está necesitada de un trabajo en el cual formarse de algún modo
para obtener ingresos que ayude a la gente a acabar su carrera o
apoyar a su familia. Yo por eso me enfoco a mi clase popular.
A
la caza de ilusiones y negocio
Cynthia
es una chica de 17 años que vive en los márgenes de las
delegaciones Iztapalapa y Tláhuac, con sus padres y cinco hermanos.
Estudia en el Colegio de Bachilleres y es baterista y vocalista del
grupo de música norteña que dirige su papá y en el que participan
sus seis hermanos. Se llaman "Betto
y Los Pichardo" y están contratados para amenizar una fiesta de
graduación en Chimalhuacán, el fin de semana siguiente.
"Lo
que sea de cada quien, mi hija es buena cantante", dice Betto,
su papá y líder del grupo.
Cynthia
comenzó en la música desde pequeña y su grupo ya ganó un concurso
en el programa Qué tarde tan padre, de Televisa, conducido por
Cecilia Galeano. "Nos entrevistaron en BandaMax, en la revista
Furia Musical, en La Oreja".
El
escenario, las cámaras y las luces iluminaron la imaginación de
Cynthia. Ahora está segura de que
la música y el modelaje son
lo suyo.
Sobre todo luego de que Bravo Model,
de la nada, la contactó por Facebook hace tres meses,
aproximadamente. "Me mandaron un mensaje en el que me
preguntaron si me interesaba una entrevista con ellos para formar
parte de su agencia".
Dudó,
desconfió, pero pudo más la emoción y la curiosidad. Se arriesgó,
admite, y le dio sus datos a la persona que la había contactado por
la red social. La llamaron y concertaron la cita. A la semana
siguiente, Cynthia se trasladó con su papá a la Condesa, donde la
recibió "la señorita Cassandra". Unos días después de
la entrevista, llamaron para avisarle que había sido aceptada en la
agencia y que tenía que regresar para una sesión de fotos y su
book. Tenía que llegar sin maquillaje y con
tres cambios de ropa. No tenía idea qué llevar, pero tomó unos
shorts,
unos pantalones y un par de blusas. Ropa normal, dice ella.
A
pesar de que nunca había posado para
una cámara, se sintió cómoda.
Había música y el fotógrafo ayudó. "Él me decía qué
hacer, cómo pararme, qué pose tomar... Creo que no salió mal para
ser la primera vez".
Al
final de la sesión, le recomendaron trabajar en su "facilidad
de palabra" -"como los artistas", dice y cortarse el
cabello. Salió de allí y lo hizo; un corte "más moderno"
para empezar. También firmó un documento que
la autoriza a trabajar con otras empresas
si quiere, pero si llega algún contrato a través de Bravo Model, el
10% va para la agencia. Firmó, y mes y medio después volvió con
3,500 pesos para su book. Ahora ya aparece en los "perfiles"
de la empresa y está lista para recibir ofertas de trabajo... No,
todavía no llegan,
"Apenas
hace una semana que publicaron mis fotos", y confia en que pronto
llegará algún contrato. De hecho, en agosto participará en su
primera pasarela de ropa por invitación de una empresa de nombre
ZuzPhoria Couture Fashion, que también la contactó a través de
Facebook hace un año. Cynthia entonces estaba muy ocupada en la
escuela y rechazó la invitación. Pero insistieron recientemente y
aceptó, porque ahora sí ve en serio su futuro en el modelaje.
Eso
sí. Primero fue con su papá a ver cómo trabajaban. "No me
dieron una dirección. Me dijeron que ellos pasarían por nosotros al
Metro Aquiles Serdán, y de
allí nos llevaron a
sus oficinas". Ni
ella ni su papá saben decir a dónde los llevaron. Pero allí vio a
otras chicas ya modelando ropa
y se entusiasmó. No
hubo pago por la pasarela en la que participó a mediados de agosto
en
la
Alameda del Sur en Acoxpa, modelando la ropa en venta de remate de la
empresa. No le pagaron, dice, porque no
está
"de cajón". Pero confía en que si se queda con ellos le
pagarán en el futuro. Por ahora le entusiasma su primera pasarela,
los vestidos nuevos, las promesas de
zona VIP para ella y sus compañeras, y la limusina a su disposición.
Qué
opina Betto de la afición de su hija por el modelaje: "La apoyo
completamente porque yo también fui modelo en Televisa: de ropa,
cinturones, botas, hasta de
un traje de charro que después usó Vicente Fernández, y salí en
la portada de un periódico del Edomex". Nomás que se cuide, le
dice, porque "los hombres se la van a querer fregar".
Con
el gusto de Cynthia por la música y el modelaje, compite también su
deseo de estudiar leyes en la UNAM, Pero si de elegir se trata, ella
quiere ser artista.
Para
todos hay
Entre
advertencias sobre las escuelas patito y las falsas agencias que
predominan en el mercado, al margen de cualquier regulación -pues no
hay autoridad responsable de vigilar su operación ni sancionarlas-,
Érika Morán
asegura que el mundo de la moda es hoy más democrático que antes.
"Se han abierto los espacios porque el modelaje ya no es sólo
alta costura, modelos altas y muy delgadas". Por sus palabras,
parece que hoy el mercado no pide sólo modelos completas sino en
partes: "Las hay de manos, de pies, de piel, y no sólo para
ropa, sino para
accesorios, artículos, promocionales y espectaculares".
Morán
habla desde una oficina de "fantasía", donde hay flores de
plástico, revistas de fecha incierta, figuras de diosas de yeso y
porcelana, afiches del mundo de la moda y la publicidad, y
fotografías suyas con personalidades de la política y el
espectáculo. Ella y Marcelo Ebrad. Ella
y Vicente Fox. Ella y ¿Hillary Clinton? Muy a la vista, también,
está el envase de una marca de shampoo en el que aparece una niña.
Otro de sus talentos, asegura. Morán
defiende que los niños incursionen en el modelaje porque "entre
los 5 y 8 años reafirman su autoestima".
Ahora
mismo su escuela ofrece un curso de verano en el que hay niñas y
adolescentes. Al menos tres rondan los cinco años y la obedecen de
inmediato cuando les ordena: "A ver, chiquitas, modelen".
Una tuerce la cadera, otra gira sobre su propio eje. Pero una se
niega y sobre su cabeza cae un coscorrón. Juegan a ser modelos o
artistas en un pequeño cuarto que parece cocina. Al lado, en el
salón principal, tres
jóvenes se preparan parala semifinal del certamen
Élite
Model
Look, que
se llevó a
cabo a finales de julio en el hotel Geneve de la Ciudad de México.
Ellas
son Daniela, Priscila y Laura, estudiantes
de preparatoria, medicina y periodismo. Son jóvenes de entie 17 y 21
años que quieren ser un ejemplo para otras niñas, aparecer en
portadas
de revista
y vivir
de
las pasarelas. Una de ellas, por lo pronto, paga su carrera
en la Escuela de Periodismo Carlos Septién Garda, gracias a trabajos
como modelo. Las tres habían superado la etapa de preselecdón que
Elite
Model
llevó
a cabo en una plaza comercial del
sur de la Ciudad de México. Ahora se preparaban de la mano de Luisa
San-Murguía, la maestra
de modelaje de
la academia de Érika Morán,
que
las instruye en poses y pasos sobre una alfombra ya desgastada, que
sirve de pasarela en un salón cubierto de espejos de pared completa.
Ninguna
ganó. En el concurso de
Élite
Model Look había 40 jóvenes de todo el país que hicieron pasarela
frente a una mesa de jurados en el conedor prindpal del hotel Geneve.
Primero en jeans y tacones, después en naje de baño y tacones.
Viene a la mente la frase que un día antes pronundó Érika Morán:
"Serás bellísima si sabes caminar. Ya deda María Félix que
la belleza está en los pies". ¿Aun
en aquellos zapatos
cuyos tacones rebasan los 12 centimetros de altura? Hay que suponer
que sí, porque todas caminan sobre plataformas tan altas como sus
aspiraciones. No
era
para menos. Dicen que
Élite
Model
es una de las agencias más importantes en el mundo y cada año sale
en busca de talentos para
una final intemacional que este año se llevará a cabo en Shangai,
China. La ganadora asegura un contrato con la firma y una vida de
modelo como a
la que aspiran Daniela, Prisila y Laura.
Un
mundo muy difícil
En
las redes sociales hay decenas de escuelas y agencias de modelos que
llenan sus muros en Facebook con las fotos de jóvenes que piden una
oportunidad. La mayoria no publica dirección ni teléfonos donde
contactarlas. A veces comparten un coneo electrónico y ofrecen
ofertas de
trabajo para edecanes, anfitrionas o demostradoras
de productos.
Érika
Moran
advierte que en muchos casos se trata de escuelas patito y las falsas
agencias que predominan en el mercado al margen de cualquier
regulación, porque no hay autoridad
responsable de vigilar su operación ni proteger la seguridad o los
intereses de sus "clientes". De modo que si prometen y no
cumplen, no
hay nada qué hacer.
"Si
te dan una tarjeta sólo con un teléfono celular, cuidado. No puedes
confiar en ningún lugar que anote una dirección y teléfono fijo",
dice Moran.
Pero aún allí donde hay una oficina, caben las dudas. Será
por
un fenómeno que los expertos en moda llaman "las agencias de
pedidos especiales" o "agencias de feos", donde
enganchan a gente normal para trabajos menores.
"Son
agencias que te cobran 700 pesos por el
riabajo
de 3 o 4 horas de una modelo no profesional, que
no cumple con las expectativas de calidad por su cutis, su cabello o
su cuerpo", explica el
fotógrafo Alfredo
Pelcastire,
de
la agencia Mondaphoto.
Su
mirada hacia las modelos es dura y advierte de una realidad que no ha
llegado a los sueños adolescentes. "La industria es muy cmel
y en esta carrera hay muchos vicios y gente mala que trata a las
modelos como objetos". Nada
más alejado que
una vida de glamour, dice, porque tienen que comenzar muy jóvenes, a
los 13 o 14 años y puedes durar como modelo hasta los 27 o 28 si es
muy guapa, pero su vida
útil es acaso de 5 o 7 años. A las más grandes la gente ya no las
quiere".
Son
chicas que sacrifican muchas cosas para ser modelos: la niñez, la
inocencia, su juventud, fiestas, amigos, novios y, sobre todo,
comida; la industria les exige mucho en ese aspecto, dice: "Yo
he fotografiado chicas que pesan 50
kilos
y aun así las ven gordas".
De
modo que no cualquiera tiene un lugar en el mundo del modelaje.
"Muchas chavitas piensan que ser modelo nada
más es verse bien
y pararse frente a una cámara". Pero no, aclara. La modelo
tiene que estar preparada física, mental y conceptualmente.
Saber de moda, tendencias, fotografía y fotógrafos, cuidar su
cuerpo y su cutis y, al mismo tiempo, estar dispuesta a maltratar
su cabello, usar ropa que no le queda y zapatos que la lastiman. "Me
ha tocado fotografiar chavas a las que el
coordinador de moda tiae zapatos uno
o
dos números más pequeños que su talla y ellas tiene que estar en
una sesión más de 3 o 4 horas paradas con esos tacones".
El
maltiato, dice Pelcastre, se extiende a
sus propias condiciones de trabajo en las agencias, que tienen
contratos a veces muy "manchados" para ellas porque en
México "todavía hay muchos vacíos de ley en derechos de
autor, prestaciones de tu imagen para fotografías, videos,
etcétera".
En
pocas palabras, las modelos siempre hacen lo que otros quieren y las
agencias todavía suelen llevarse entre
60 y 70 por ciento de lo que ganan. "A
una
modelo no tienes que convencerla, ella tiene que hacer lo que
digas
a la hora que tú digas".
Frente
a un mercado competido, de carrera corta y muchos sacrificios.
Pelcastre advierte que hay cada vez más modelos interesadas en
forjarse un futuro fuera
del
modelaje, "porque son muy conscientes de que
la industria en algún momento las va a desechar y eso llega mucho
más rápido que tarde". Además, no en todos los casos se
cumple el mito de que las modelos son vacías o huecas.
"Como
en todas las profesiones, hay en diferentes personas y
personalidades, gente que es mucho más brillante que otra. Yo he
conocido modelos muy brillantes, con carreras universitarias,
maestríasyposgrados. Hay una conciencia en ellas que no había 10
años atrás".
Y
otra cosa: para ser modelo hay que saber que
hay que gastar mucho. Un buen book para una modelo con aspiraciones
tiene un costo de entre 25 mil y 30 mil pesos.
Habrá
que repetir las palabras de Pelcastre a los jóvenes que todos los
días dejan un mensaje en Facebook, llaman, hacen antesala en agendas
y gastan en escuelas patito, esperando una oportunidad.
No
basta con ser bonita
Ayli
Sánchez tuvo su primera y única experiencia como modelo a los 14
años. En una Expo Quinceañera se le acercó un hombre para
ofrecerle modelar vestidos de 15 años para
una revista. Ella quiso y su madre aceptó. Aylin
ganó mil pesos y anotó el modelaje como una meta en su vida, al
lado de la carrera de arquitectura que espera estudiar al concluir la
preparatoria en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la UNAM
"Me
gustada ser una modelo bien, una de esas chica que salen en las
revistas. Además, creo que se me da de la nada posar frente a una
cámara". Es el sueño de una joven acostumbrada al halago.
"Creo que todo esto comen-
zó
porque la gente le decía 'qué hermosa cara tienes', 'qué bonita
estás', y ella fue creciendo con eso", dice su madre,
llya
Puente, quien trabaja como jefa de taquilleras en
el Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Aylin
vive en Tlalneplantla y complica la vida de sus padres con su deseo
de ser modelo. Ella dice que la apoyan, pero su madre confiesa que la
idea no la entusiasma y se queja de los días que pierde en el
trabajo por acompañarla a sus recorridos por agencias.
"Tengo
muchísimas dudas, no conozco ese ambiente y tengo miedos. Me da
pavor el tema de la trata de blancas, que le ofrezcan hacerla
famosísima y se la lleven a otro lado". Aylin escucha a su
madre con escepticismo y de vez en cuando alza los ojos buscando en
el techo paciencia. Acepta, sin embargo, que sabe muy poco sobre la
trata de personas, pero sí le han dicho que la prostitución es un
riesgo en el mundo del modelaje y admite que uno de sus temores es
caer en alguna agencia de mala fama. "Hay agencias que te dicen:
te ofrecemos esto y después te la van cam
biando".
Lo
sabe porque ha explorado el terreno en internet, que al parecer se ha
convertido en
ima
buena vía para "cazar" talentos.
Como
a Cinthya, Bravo Model
también contactó a Aylin por Facebook y ella, sin reservas, les dio
su número telefónico. Hasta ahora su madre sabe eso. "Sólo me
dijo que la contactaron por Face, pero no sabía cómo habían
conseguido el teléfono de casa. Incluso llamé al fotógrafo de los
vestidos de 15 años para saber si él había dado nuestios datos."
llya
reprende a su hija con la mirada. Pero en el momento no pudo negarle
el gusto y la llevó a la entrevista, la sesión de fotos y hasta
firmó "el contrato" con ella, pues Aylin es menor de edad.
Con
trabajos
pudo pagar el book de 3,500 pesos, gradas a un dinero extra que había
recibido el padre. "Somos una familia normal, y no puedo decir
que tenemos una buena situación económica, porque no es así,
estiramos los salarios hasta donde podemos".
llya
hace lo que puede para contener las ansias de modelo de su hija, pero
sabe que un día
ya no podrá protegerla ni cuidaria. Mientras tanto, la presiona para
que estudie, acabe una carrera
y no se fíe de nadie.
Para
Aylin, el modelaje es por el momento sólo un pasatiempo, pero
"podría decir que daría todo por eso, aunque todo depende de
lo que me pidan". (Con información de Aminetth Sánchez)
Escrito por Elia Baltazar
El Universal -Revista: Domingo
2 de Septiembre del 2012